miércoles, 18 de junio de 2014

Inteligencia Emocional en Emprendimiento.

Soy emprendedora y desde hace tiempo puedo decir, con las facturas en la mano, que también soy empresaria. Ser emprendedor no es un concepto nuevo, aunque en estos días así lo parezca. El/La  emprendedor/a  es un tipo de persona que camina por este planeta desde el comienzo de toda esta gigantesca obra. ¿Cómo los distinguimos?. Muy sencillo, la persona emprendedora es aquella que se atreve, sin más. Todo lo demás que pueda decirse es un envoltorio más o menos técnico. Pero si vamos al núcleo, a la esencia más básica, es esa, “persona que se atreve”.  Todo un acto de valentía, como anteriormente decía, en estos días. 

Atreverse a pensar, a tener ideas, sin enjuiciar en un primer momento la calidad de estas. Primero el uno, luego el dos… centrifugar una y otra vez la lavadora de pensamientos que es el cerebro. Más tarde, tras hacer “On” en nuestra cabeza y arrojar la criatura, hay que moldearla, aquí viene la criba que dará esa calidad que comentaba hace un instante y por último pero para nada menos importante, viene llevarlas a cabo.

Todo este proceso marca, de una manera sencilla, el carácter definitorio de un emprendedor/a de quien no lo es. Pero todas estas letras comenzaban diciendo no solamente que soy una mujer emprendedora si no también empresaria. Un concepto, este ultimo, más complejo en el que hay distintas variables de necesario conocimiento para no ser un kamikaze y estrellarnos contra la “realidad empresarial”a las primeras de cambio. Porque seamos sinceros con nosotros mismos, podemos ser maestros en nuestra idea de emprendimiento empresarial, pero seguramente seamos aprendices de las forma de llevarla a buen puerto.



Déjenme que les adjunte esta “cómica” imagen, que personalmente, creo que ilustra lo que puede ser el camino del emprendimiento laboral. No es cuestión de ser pesimista, pero tampoco podemos dar la espalda a la realidad y evidentemente la senda es dura, pero todo inicio tiene un fin si se persigue y se persiste en conseguirlo.
Mi trabajo, es ayudadles a conseguir su meta. Para eso hay que tener claro q Cada paso del camino deberemos apoyarnos en el bastón del mentor adecuado. Y el primer paso, la raíz de todo, del inicio y el fin de esta aventura, reside en uno mismo, y en como siento acerca de mi situación, de mis emociones y pensamientos. Si queremos que la casa se mantenga, hagamos unos buenos cimientos, no queramos empezarla por el tejado. La realidad puede golpearnos, pero solo depende de uno mismo como digerirlo, ser prudente ante los éxitos, o tomar aliento ante los fracasos, levantar la mirada y seguir es exclusivamente nuestra decisión.  Todo esto es la “autogestión emocional” y les aseguro que es la piedra que dará consistencia a la estructura, sin ella la cuerda del fracaso apretara más y con más frecuencia de la que desearemos. En ninguna etapa educativa que hayamos pasado o estemos pasando, nos enseñan el valor, el poder que tenemos sobre nuestras emociones. Nadie nos enseña cómo hablarnos para sentirnos mejor, para automotivarnos, para ser conscientes de nuestra valía personal y para superar nuestros errores. 

La Inteligencia Emocional aplicada a la empresa es la habilidad para la gestión de las propias emociones, las ajenas, la resolución de problemas o liderazgo, entre otras habilidades, se trata de una buena gestión de los recursos humanos, la empatía, la comprensión, la simpatía, la motivación, son resultados inequívocos de una buena administración de nuestras capacidades internas y devuelven resultados altamente productivos. La buena noticia es que estas habilidades están sujetas a entrenamiento, que cualquier persona puede empezar en el momento que lo desee a ponerlas en marcha, únicamente adquiriendo consciencia de sus propios movimientos en cuatro áreas:

-          AUTOCONOCIMIENTO:
¿Qué nos suele inquietar o enfadar? ¿Qué nos molesta? ¿Qué nos impide liderar o defender una idea? ¿Por qué nos cuesta hablar en público? Mirando hacia dentro podemos obtener información muy valiosa para guiarnos en el cambio que queremos conseguir. Todas las personas tenemos miedos que nos hacen ser precavidos, pero el problema viene cuando ese miedo nos limita, nos impide avanzar y nos estaciona en un ámbito tan importante para conseguir la autorrealización como es el empleo.

-          AUTOCONTROL:
“Quien se controla a sí mismo no tendrá dificultad alguna para gobernar con eficacia. Al que no sabe gobernarse a sí mismo, le resultará imposible, ordenar la conducta de los demás” dijo Confucio.  El autocontrol es la demostración de que una persona despliega sus actos según sus propias decisiones y sus respuestas no son determinadas por situaciones externas, no significa suprimir las emociones, sino ser conscientes de ellas y controlarlas.

-          EMPATÍA:
La empatía nos ayuda en nuestras relaciones personales de una manera notable, es importante “sabernos colocar en los zapatos del otro” para llegar a buen término en lugares imprescindibles como la casa o en el grupo de amigos y amigas, pero en el ámbito laboral, y más cuando somos los responsables de nuestra actividad, esta habilidad adquiere una relevancia especial, ya que lo importante no es lo que yo diga, sino como lo entiende quien escucha, para hablar en el mismo idioma y saber transmitir nuestras grandes ideas debemos situarnos en los oídos del receptor, que suele ser quien compra nuestro producto o servicio o con quien tenemos que negociar. Si no somos capaces de empatizar podemos incurrir en el error de facilitar nuestro producto o servicio sin tener en cuenta las necesidades de nuestro segmento, perdiendo oportunidades de negocio.

-          ASERTIVIDAD:
A la hora de comunicarnos podemos tomar diferentes posturas: podemos hacer uso de la agresividad e imponer nuestro punto de vista, podemos optar por la pasividad mostrando poca seguridad, o, utilizar la asertividad, la opción más satisfactoria para conseguir lo que nos proponemos.
Actuar asertivamente significa expresar nuestras opiniones, deseos o necesidades, respetándonos y respetando a los demás, es la manera más eficaz cuando nos proponemos poner en marcha alguna propuesta porque demuestra seguridad en mí mismo y esta es una habilidad muy importante que marca una diferencia notable entre las personas que se sumergen en el mundo del emprendimiento y el autoempleo.

Como he apuntado al principio del texto, soy emprendedora y empresaria, y también soy consciente de la carencia de las habilidades enumeradas con anterioridad en la población general, sin embargo creo que hay colectivos más necesitados en el cultivo y entrenamiento de estas, que las necesitan para ir un paso por delante en el desarrollo de un proyecto empresarial.

Se ha mezclado mi pasión por las ideas y por la Inteligencia Emocional para poner en marcha esta “Charla-Taller Inteligencia Emocional en Emprendimiento” que  trata de iniciar el camino del entrenamiento en las habilidades propuestas sin perder de vista el proyecto empresarial ni a la persona que lo desarrolla. Para amenizar, disfrutaremos de una parada para el café, cortesía de la organización, que utilizaremos para poner en común nuestros proyectos, intercambiar ideas (¡y tarjetas!), además de establecer contactos, convirtiendo la jornada en un espacio de reunión exclusivo, dinámico y proactivo.

Para que no olvidemos nada de lo aprendido y podamos seguir poniéndolo en práctica y recordando los contenidos cuando nos apetezca, se entregará un dossier de trabajo con todo lo que vamos a ver, además de ejercicios y claves para ser muy inteligentes emocionalmente en nuestro trabajo todos los días.

Os esperamos el 28 de Junio en Ática, realiza tu inscripción en este enlace.

¡Gracias por vuestra atención!