Soy emprendedora y
desde hace tiempo puedo decir, con las facturas en la mano, que también soy empresaria.
Ser emprendedor no es un concepto nuevo, aunque en estos días así lo parezca. El/La emprendedor/a
es un tipo de persona que camina por este planeta desde el comienzo de
toda esta gigantesca obra. ¿Cómo los distinguimos?. Muy sencillo, la persona
emprendedora es aquella que se atreve, sin más. Todo lo demás que pueda decirse
es un envoltorio más o menos técnico. Pero si vamos al núcleo, a la esencia más
básica, es esa, “persona que se atreve”.
Todo un acto de valentía, como anteriormente decía, en estos días.
Atreverse a pensar, a
tener ideas, sin enjuiciar en un primer momento la calidad de estas. Primero el
uno, luego el dos… centrifugar una y otra vez la lavadora de pensamientos que
es el cerebro. Más tarde, tras hacer “On” en nuestra cabeza y arrojar la
criatura, hay que moldearla, aquí viene la criba que dará esa calidad que
comentaba hace un instante y por último pero para nada menos importante, viene
llevarlas a cabo.
Todo este proceso
marca, de una manera sencilla, el carácter definitorio de un emprendedor/a de
quien no lo es. Pero todas estas letras comenzaban diciendo no solamente que
soy una mujer emprendedora si no también empresaria. Un concepto, este ultimo,
más complejo en el que hay distintas variables de necesario conocimiento para
no ser un kamikaze y estrellarnos contra la “realidad empresarial”a las
primeras de cambio. Porque seamos sinceros con nosotros mismos, podemos ser
maestros en nuestra idea de emprendimiento empresarial, pero seguramente seamos
aprendices de las forma de llevarla a buen puerto.
Déjenme que les
adjunte esta “cómica” imagen, que personalmente, creo que ilustra lo que puede
ser el camino del emprendimiento laboral. No es cuestión de ser pesimista, pero
tampoco podemos dar la espalda a la realidad y evidentemente la senda es dura,
pero todo inicio tiene un fin si se persigue y se persiste en conseguirlo.
Mi trabajo, es
ayudadles a conseguir su meta. Para eso hay que tener claro q Cada paso del
camino deberemos apoyarnos en el bastón del mentor adecuado. Y el primer paso,
la raíz de todo, del inicio y el fin de esta aventura, reside en uno mismo, y
en como siento acerca de mi situación, de mis emociones y pensamientos. Si
queremos que la casa se mantenga, hagamos unos buenos cimientos, no queramos
empezarla por el tejado. La realidad puede golpearnos, pero solo depende de uno
mismo como digerirlo, ser prudente ante los éxitos, o tomar aliento ante los
fracasos, levantar la mirada y seguir es exclusivamente nuestra decisión. Todo esto es la “autogestión emocional” y les
aseguro que es la piedra que dará consistencia a la estructura, sin ella la
cuerda del fracaso apretara más y con más frecuencia de la que desearemos. En
ninguna etapa educativa que hayamos pasado o estemos pasando, nos enseñan el
valor, el poder que tenemos sobre nuestras emociones. Nadie nos enseña cómo hablarnos para sentirnos mejor, para
automotivarnos, para ser conscientes de nuestra valía personal y para superar
nuestros errores.
La Inteligencia Emocional aplicada a la empresa es la
habilidad para la gestión de las propias emociones, las ajenas, la resolución
de problemas o liderazgo, entre otras habilidades, se trata de una buena gestión
de los recursos humanos, la empatía, la comprensión, la simpatía, la
motivación, son resultados inequívocos de una buena administración de nuestras
capacidades internas y devuelven resultados altamente productivos. La buena
noticia es que estas habilidades están sujetas a entrenamiento, que cualquier
persona puede empezar en el momento que lo desee a ponerlas en marcha,
únicamente adquiriendo consciencia de sus propios movimientos en cuatro áreas:
-
AUTOCONOCIMIENTO:
¿Qué nos suele inquietar o enfadar? ¿Qué
nos molesta? ¿Qué nos impide liderar o defender una idea? ¿Por qué nos cuesta
hablar en público? Mirando hacia dentro podemos obtener información muy valiosa
para guiarnos en el cambio que queremos conseguir. Todas las personas tenemos
miedos que nos hacen ser precavidos, pero el problema viene cuando ese miedo
nos limita, nos impide avanzar y nos estaciona en un ámbito tan importante para
conseguir la autorrealización como es el empleo.
-
AUTOCONTROL:
“Quien se controla a sí mismo no tendrá
dificultad alguna para gobernar con eficacia. Al que no sabe gobernarse a sí
mismo, le resultará imposible, ordenar la conducta de los demás” dijo
Confucio. El autocontrol es la
demostración de que una persona despliega sus actos según sus propias
decisiones y sus respuestas no son determinadas por situaciones externas, no
significa suprimir las emociones, sino ser conscientes de ellas y controlarlas.
-
EMPATÍA:
La empatía nos ayuda en nuestras relaciones
personales de una manera notable, es importante “sabernos colocar en los
zapatos del otro” para llegar a buen término en lugares imprescindibles como la
casa o en el grupo de amigos y amigas, pero en el ámbito laboral, y más cuando
somos los responsables de nuestra actividad, esta habilidad adquiere una
relevancia especial, ya que lo importante no es lo que yo diga, sino como lo
entiende quien escucha, para hablar en el mismo idioma y saber transmitir
nuestras grandes ideas debemos situarnos en los oídos del receptor, que suele
ser quien compra nuestro producto o servicio o con quien tenemos que negociar.
Si no somos capaces de empatizar podemos incurrir en el error de facilitar
nuestro producto o servicio sin tener en cuenta las necesidades de nuestro
segmento, perdiendo oportunidades de negocio.
-
ASERTIVIDAD:
A la hora de comunicarnos podemos tomar
diferentes posturas: podemos hacer uso de la agresividad e imponer nuestro
punto de vista, podemos optar por la pasividad mostrando poca seguridad, o,
utilizar la asertividad, la opción más satisfactoria para conseguir lo que nos
proponemos.
Actuar asertivamente significa expresar
nuestras opiniones, deseos o necesidades, respetándonos y respetando a los
demás, es la manera más eficaz cuando nos proponemos poner en marcha alguna
propuesta porque demuestra seguridad en mí mismo y esta es una habilidad muy
importante que marca una diferencia notable entre las personas que se sumergen
en el mundo del emprendimiento y el autoempleo.
Como
he apuntado al principio del texto, soy emprendedora y empresaria, y también
soy consciente de la carencia de las habilidades enumeradas con anterioridad en
la población general, sin embargo creo que hay colectivos más necesitados en el
cultivo y entrenamiento de estas, que las necesitan para ir un paso por delante
en el desarrollo de un proyecto empresarial.
Se
ha mezclado mi pasión por las ideas y por la Inteligencia Emocional para poner
en marcha esta “Charla-Taller Inteligencia Emocional en Emprendimiento” que trata de iniciar el camino del entrenamiento
en las habilidades propuestas sin perder de vista el proyecto empresarial ni a
la persona que lo desarrolla. Para amenizar, disfrutaremos de una parada para
el café, cortesía de la organización, que utilizaremos para poner en común
nuestros proyectos, intercambiar ideas (¡y tarjetas!), además de establecer
contactos, convirtiendo la jornada en un espacio de reunión exclusivo, dinámico
y proactivo.
Para
que no olvidemos nada de lo aprendido y podamos seguir poniéndolo en práctica y
recordando los contenidos cuando nos apetezca, se entregará un dossier de
trabajo con todo lo que vamos a ver, además de ejercicios y claves para ser muy
inteligentes emocionalmente en nuestro trabajo todos los días.
Os
esperamos el 28 de Junio en Ática, realiza tu inscripción en este enlace.
¡Gracias
por vuestra atención!
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